Los riesgos del crédito comercial
«Si doy, a la ruina voy. Si fío, aventuro lo que es mío. Si presto, al pagarme ponen cara de mal gesto, y para evitarme todo esto, ni doy, ni fío ni presto.»
Refrán español
¿Qué es el riesgo empresarial?
El riesgo empresarial se define como la probabilidad de que ocurra un suceso que impida obtener el resultado esperado en la realización de un negocio. Dicho de otra forma, riesgo es la contingencia de sufrir una pérdida económica en el desarrollo de cualquier tipo de actividad empresarial que en teoría habría de suponer la obtención de un lucro.
El fenómeno del riesgo inherente a todo negocio
«Hacer predicciones es muy difícil, en especial si se refieren al futuro»
Esta frase del premio Nobel danés Niels Bohr nos viene a decir que pronosticar el desenlace de una situación es siempre difícil ya que hay incertidumbre respecto a lo que puede suceder.
El riesgo es un fenómeno consustancial a la actividad empresarial puesto que cualquier negocio está sujeto de forma permanente a múltiples riesgos de diversa índole. El solo hecho de constituir una empresa ya implica que el empresario debe asumir un riesgo; el de perder el capital invertido.
El riesgo empresarial puede ser debido tanto a factores externos como a factores internos. El riesgo aparece en las decisiones de la empresa respecto a la elección del objeto del negocio, los productos a comercializar, las fuentes de financiación, la selección del personal, la búsqueda de los proveedores, la captación de los clientes o la entrada en nuevos mercados.
Riesgo e incertidumbre
Por consiguiente el riesgo es inherente al funcionamiento de cualquier empresa y está motivado por la incertidumbre de lo que pueda pasar en un futuro. Por todo ello la empresa debe analizar, evaluar y minimizar los riesgos para poder cumplir sus objetivos, de manera que la gestión de riesgos es una de las funciones clave de la actividad empresarial. Las empresas han de reducir los riesgos o transmitirlos pagando un coste a terceros. La transmisión de los riesgos a otras empresas especializadas se suele hacer mediante contratos de seguro.
Nunca se puede estar seguro del resultado de una decisión
Sin embargo ninguna empresa puede conocer con total seguridad cuales son las consecuencias de las decisiones tomadas ante una situación determinada, por lo que cualquier decisión que se toma en una empresa implica, en mayor o menor grado, un cierto riesgo, es decir la posibilidad de éxito o de fracaso.
El filósofo Jean Jacques Rousseau dijo: «es necesario prever que no se puede prever todo»
Por consiguiente por mucho cuidado y previsión que puedan emplear en sus decisiones los directivos de una empresa, toda decisión supone un grado de incertidumbre, o sea la posibilidad de que las cosas no sucedan como se había planificado.
Las consecuencias de los riesgos
Lo más trascendental para las empresas es el hecho de que todo riesgo implica una perdida económica, puesto que el percance suele provocar una disminución en los beneficios de la empresa. El riesgo que no se puede eliminar ni transmitir rentablemente a terceros debe ser asumido por la empresa. Los empresarios asumirán riesgos en función a que las expectativas de obtener beneficios superen las posibilidades de sufrir pérdidas.
Los diferentes tipos de riesgo empresarial
Los riesgos se clasifican en 2 grupos según su naturaleza
Riesgos puros en los que únicamente existe la posibilidad de sufrir una perdida como el riesgo de incendio.
Riesgos especulativos en los que se puede perder pero también se puede ganar, como una inversión en bolsa.
Los riesgos especulativos son asumidos por la empresa cuando las expectativas de beneficios superen las posibilidades de perdida.
Este tipo de riesgos juegan un importante papel en la obtención de beneficios y rentabilidad. Aunque anteriormente se ha dicho que los riesgos especulativos no son asegurables, si se pueden minimizar mediante una gestión empresarial adecuada.
Un riesgo de naturaleza mixta: el riesgo de crédito interempresarial
También existe un tipo de riesgos de naturaleza mixta: es el riesgo de crédito interempresarial. El riesgo de crédito interempresarial es de naturaleza mixta puesto que depende en gran medida de la estrategia de riesgos que tenga la empresa pero también de la eventualidad de que los clientes paguen bien o de que paguen mal.
Si la empresa adopta una estrategia de riesgos flexible, basada en la tolerancia en la concesión de créditos y en potenciar las ventas con aplazamientos de pago a un mayor segmento de compradores. Esta estrategia va a suponer un importante incremento de las ventas ya que la empresa va a vender a crédito a nuevos clientes cuyos comportamientos de pagos pueden ser mediocres y cuyas solvencias son susceptibles de empeorar. Estas circunstancias implican un mayor riesgo de morosidad, ya que puede suceder que una gran parte de los clientes se retrasen en el cumplimiento de las obligaciones de liquidación de las facturas o que incluso no atiendan los compromisos de pago.
No obstante si las cosas salen bien y la mayoría de los clientes paga puntualmente, la empresa obtendrá grandes beneficios puesto que gracias a la estrategia de riesgos flexible la compañía habrá alcanzado un gran volumen de facturación, lo que sin duda le supondrá la obtención de un buen margen comercial.
También puede suceder que un proveedor adopte una estrategia de alto riesgo vendiendo a clientes a los que nadie otorgaba crédito por falta de confianza, y las cosas le salen bien y estos compradores pagan todas las compras; esta empresa conseguirán importantes beneficios ala haber tenido buena suerte.
En otra postura de riesgos, una empresa que practica una selección cuidadosa de sus clientes, sólo vende a clientes solventes y buenos pagadores, practica un escrupuloso control del riesgo, tiene mala suerte y un cliente importante que nadie sospechaba que tuviera problemas financieros, se declara insolvente y le hacer perder 100.000 euros, tendrá un quebranto importante, por culpa de la mala fortuna.
Los riesgos de crédito comercial
Un principio fundamental es que el riesgo del crédito interempresarial aparece ante cualquier operación con pago diferido y persiste hasta que se ha cobrado íntegramente el importe de la venta. Las únicas ventas que no presentan un riesgo de crédito son aquellas operaciones que se realizan al contado en sentido estricto; a saber: con liquidación en dinero efectivo efectuada simultáneamente a la entrega de la mercancía o bien mediante el abono de la factura realizado con anterioridad al envío de los bienes (prepago). Cualquier otra modalidad de pago, incluso los denominados contados comerciales, supone la aparición de un riesgo de crédito, es decir existe la contingencia del cumplimiento de la obligación de pagos por parte del cliente.
Los riesgos del crédito comercial son los derivados de las posibles pérdidas que la empresa pueda tener si ocurre alguno de los tres supuestos que se citan a continuación:
- no poder cobrar nunca los créditos otorgados (fallidos)
- cobrar los créditos con retraso (créditos morosos)
- cobrar finalmente menos importe que el monto facturado (cargos o deducciones impuestos por el cliente).
Fuente: Pere Brachfield, director de estudios de la PMCM y profesor de EAE Business School
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